Carta de un anarquista...
Soy la semilla de libertad que ustedes plantaron en una tierra contaminada por milicos, tortura, desaparecidxs y fusiladxs, a pesar de este adverso ambiente comencé a germinar, me nutrieron con múltiples abonos, extraídos de sus más profundas convicciones políticas, mamá, papa, tíos, tías, abuela, abuelo, bisabuelo, amigas y amigos, aportaron cada unx con sus más variados nutrientes que eran esparcidos a mi alrededor, envases rojos con
Me alimentaron con agua insumisa, día a día, con paciencia y cariño una abuela armada con una guitarra y una foto al pecho, cuál jardinera, me hablaba a mí, pequeña planta de un tío que nunca conocí, pero reconozco como mi primer brote de rebelión.
La energía solar progenitora acaricio mis tiernas horas entre reuniones clandestinas, cacerolazos y protestas populares transformándome en pequeño arbusto inquebrantable.
Mis raíces comenzaron a buscar inquietamente vetas nuevas, enriqueciéndome con sus minerales hasta teñirme con sus colores insurrectos.
Hoy soy un árbol joven y mis ramas se abrazan y entrelazan con otro árbol como yo, cuando un pequeño e indómito bosque de frondosas copas negras como la noche, di frutos, dos pequeños y tiernos, inmaduros aún y espero el día que caigan al suelo y se fundan con la tierra, iniciando una vez más el ciclo de la naturaleza revolucionaria.
Pero no vivo en el paraíso, eso no existe. Tengo como enemigo al capitalismo deforestador, quien afiló sus hachas y me golpeó, ahora espera con las sierras aceitadas, sueña taladrarme y arrancarme de raíz, dejarme sin sol e imponerme el cemento, intenta marchitarme y secarme en sus sombras.
Yo me resisto con fuerzas, pero solo no puedo. Necesito apoyo de lxs antiguxs y nuevxs amantes de la naturaleza libre, lxs necesito a Todxs ustedes para algún día convertirme en árbol milenario y traspasar mi experiencia de lucha con la complicidad del viento a las nuevas semillas que germinarán y algún día formaremos enormes y tupidos bosques, quizás hasta selvas autónomas y autóctonas.
Saludos a todxs lxs que están ahí apoyándome, apoyándonos, a ustedes que sueñan con miles de bosques de distintos colores y que a pesar del tiempo sigue corriendo sangre rebelde en sus venas.
Besos y abrazos a Todxs, nos vemos en la calle.
Camilo Pérez Tamayo