HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
COMPAÑEROS MIOS
YO CUMPLO MI PAPEL
LUCHANDO
CON LO MEJOR QUE TENGO.
QUE LASTIMA QUE TUVIERA VIDA TAN PEQUEÑA,
PARA TRAGEDIA TAN GRANDE
Y PARA TANTO TRABAJO
NO ME APENA DEJAROS.
CON VOSOTROS QUEDA MI ESPERANZA.
SABÉIS,
ME HUBIERA GUSTADO
LLEGAR HASTA EL FINAL
DE TODOS ESTOS AJETREOS
CON VOSOTROS,
EN MEDIO DE JÙBILO
TAN ALTO. LO IMAGINO
Y NO QUISIERA MARCHARME.
PERO LO SÉ, OSCURAMENTE
ME LO DICE
CON SU TIMIDA VOZ,
QUE MUY PRONTO
QUEDARÈ VIUDO DE MUNDO.
(Otto Rene Castillo)
Robinsón Cortez, nuestro querido compañero “Jesús” comienza a recorrer otros senderos, y nuestras retinas conservaran la imagen de un caminante que nos saluda y nos despide desde lejos, al encuentro de un horizonte al que solo llegan los que han completado dignamente su tarea en este suelo de polvo y arena. Ese loco hermano, sacude su gorra desde la distancia, como burlándose de habernos dejado el cacho de cambiar tanta vida y de ya no contar con él para sentir menos triste y menos pesada esta enorme tarea. Estamos tratando de comprender su partida y nos es difícil aceptar que viajó dejándonos llenos de su recuerdo y un vació inmenso entre su abrazo fraternal y nuestro abrazo.
Así, dolidos y pensándolo como siempre, inquieto, llano, generoso, desprendido de si mismo hasta el fondo del compromiso; no olvidamos ni podemos olvidar que su compromiso y su voluntad revolucionaria fue una extraordinaria y profunda convicción unitaria de los revolucionarios y de nuestra clase, esa fue su militancia más clara y la más sensible. Se dolió siempre de los sectarismos y de los caudillismo que impiden hasta hoy la unidad de los revolucionarios, su vocación transformadora, lo dijo muchas veces, solo podía realizarse si los revolucionarios construíamos una sola organización que jugara el necesario papel formador y conductor de nuestro pueblo hacia el norte socialista. Tal vez por esto, el Jesús, fue también nuestro camarada de aspiraciones, tal vez por esto, el Jesús, será recordado como uno de los buenos y mejores hijos de su pueblo.
Nosotros seguiremos pisando esta tierra malherida, pero caminaremos pensando en sus gestos, en sus palabras hermanables, en sus abrazos efusivos y francos.
La patria sabe donde vas y seguramente te recibe en su regazo para madrearte eternamente.
Compañero Robinsón Cortez
Hasta la victoria siempre
Patria o muerte
Venceremos
Movimiento por
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